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Tras la celebración de una exitosa edición de Fitur 2021, me gustaría poner en antecedentes sobre la importancia de los eventos presenciales y su necesaria continuidad -algo que va ligado al carácter latino y a nuestra forma de entender los negocios-, pero hacerlo sin olvidar la realidad que nos obliga a adaptarnos y reinventarnos, algo normal y que suele ser fruto de la evolución de la sociedad y sus modelos de negocio, que, en este caso, ha venido reforzado por una grave pandemia a nivel global.

Partiendo de esta premisa, se corrobora que el formato virtual de eventos ha venido para quedarse, pero siendo un formato más que no desplaza a los grandes eventos MICE, cuya principal bondad es el ser un punto de encuentro enriquecedor para sus participantes. Debemos tener presente que la situación actual con la COVID será algo pasajero, pero su amenaza, por desgracia, a partir de ahora, formará parte del juego.

Desde hace más de un año hemos visto cómo se han adaptado los eventos a nuevos formatos, que han sido una opción no siempre valida, ya que muchos de los eventos, por su razón de ser y morfología, pierden su sentido y eficacia siendo únicamente celebrados en remoto. Con esto quiero decir que el sector amplía su abanico de opciones con nuevos formatos que sin duda tienen ventajas y que hacen que exista más diversificación en la oferta de eventos.

Ante esta nueva demanda de eventos no presenciales o híbridos, las empresas cambiaran sus estrategias, ya que esto incide directamente en sus cuentas de resultados. Hay que tener en cuenta que el peso del sector MICE con todo lo que conlleva tiene una repercusión directa en infinidad de empresas vinculadas al sector turístico.

Por la naturaleza del ser humano en relacionarse, las ventajas de la globalización, la capacidad de viajar, la digitalización, etc., la cuestión no es si desaparecerán los eventos presenciales, sino cómo serán estos y cómo se ajustará el mercado a esta oferta que impacta también con generaciones diferentes de personas.

La clave es identificar y segmentar correctamente los públicos objetivos, adaptarlos a esa demanda con productos cada vez más “taylor made”, satisfaciendo las necesidades de cada cliente. La adaptación debe de ser progreso.

Por tanto: eventos presenciales, eventos híbridos… ¡Sí a ambos!

Carlos Cámara, director comercial de CEHAT.