A las puertas de cerrar este 2020 tan incierto y complicado, es momento de hacer balance y establecer los objetivos para el próximo año que, si bien se presenta más esperanzador, no deja de ser una incógnita lo que puede depararnos.
Seamos autocríticos: ¿Hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance en cuanto a prevención de contagios? Y con ello no nos referimos únicamente a las medidas más que repetidas “mascarilla – manos – distancia”, sino también a cómo hemos modificado las operaciones habituales de limpieza para convertirlas en procesos higiénicos que garanticen la rotura de las cadenas de infección protegiendo así a trabajadores y huéspedes.
La solución más extendida ha sido, siguiendo las directrices de la OMS y el Ministerio de Sanidad, la sustitución de los productos convencionales por desinfectantes viricidas y autorizados. Sin embargo, se ha mantenido la metodología de aplicación manual, lo que resta eficacia al proceso y se traduce en una protección insuficiente por varios motivos:
- Las bayetas actúan como reservorios y son propagadoras de gérmenes (entre ellos patógenos como virus y bacterias). Por lo general, la suciedad inhibe la acción del desinfectante.
- Cualquier operación manual conlleva posibles errores humanos.
- El rendimiento es bajo, lo que implica que difícilmente se cubran todas las superficies de elevado contacto a diario.
La presente pandemia nos está demostrando que es imprescindible dotar a la desinfección de una mayor entidad, sin considerarla parte de la limpieza, sino el complemento indispensable de la misma para la prevención de infecciones. Debe tratarse como un proceso independiente, mejorando los procesos tradicionales en pos de un incremento de la calidad y la productividad.
En este aspecto, la mecanización es clave. Si tenemos tecnología innovadora a nuestro alcance, ¿por qué nos resistimos a utilizarla? ¿Por qué la tecnología ocupa una parte tan importante de nuestras vidas y la relegamos a un segundo plano en un aspecto tan fundamental como es la prevención de contagios?
Hoy en día, para realizar desinfecciones, disponemos de tecnologías avanzadas de eficacia demostrada como la pulverización electrostática y la micronebulización, sistemas revolucionarios que nos permiten diseñar soluciones competitivas adaptadas a cada necesidad específica y acorde con los protocolos establecidos por los organismos de referencia, teniendo en cuenta la complejidad que suponen hoteles y alojamientos turísticos por la distinta naturaleza de los diferentes espacios.
Es necesario el salto cualitativo definitivo en la desinfección para conseguir un posicionamiento acorde con el nuevo nivel de exigencia. Hay que dar un paso al frente, el nuevo escenario necesita empresas comprometidas, como Active Desinfección, que contribuyan activamente a garantizar un mundo más seguro de ahora en adelante.