Estamos asistiendo a una época única en la historia reciente del planeta, tan abrumadora como esperanzadora: tras una pandemia sanitaria que aún a día de hoy estamos intentando mantener a raya, el mundo entero lucha por recuperar la estabilidad que tanto tiempo y esfuerzo nos costó alcanzar.
El mazazo socio-económico ha sido tremendo, como digo, a nivel global. Pero concretamente en nuestro país, turístico por naturaleza, y especialmente en nuestro sector profesional, la crudeza de las consecuencias generadas por las medidas de seguridad adoptadas, ha sido en algunos casos catastrófica.
Muchos establecimientos han visto cómo el fruto de muchos y largos años de trabajo incansable, ha desaparecido de la noche a la mañana, sin capacidad de reacción e incluso sin alternativas posibles. Con el levantamiento parcial de las restricciones de movimiento y reunión, algunas empresas tomaron algo de oxígeno, pero la situación sigue siendo muy complicada. Un porcentaje bastante considerable de empresas de nuestro segmento se han visto obligadas a desaparecer, si no definitivamente, sí de una manera velada en forma de adquisición por parte de otra empresa mayoritaria o en forma de venta de negocio.
En cualquiera de los casos, los que seguimos adelante somos auténticos héroes. Supervivientes de una de las mayores crisis socioeconómicas de la historia moderna. Y, como tales, debemos sentirnos y actuar. Ahora es el momento de, entre todos, llevar la nave de la hotelería al rumbo que mantenía en tiempos de prepandemia y trabajar no solo para recuperar ese status, sino para mejorarlo todo lo posible.
Para lograrlo, debemos apoyarnos en 2 pilares fundamentales:
- Factor Humano
- Factor Técnico
A la hora de hablar del Factor Humano, debemos destacar que la implicación de todos los agentes que forman parte de la familia hotelera de nuestro país debe ser máxima e incondicional.
Los establecimientos han permanecido cerrados pero han luchado lo indecible por conservar a sus plantillas íntegras a pesar de todos los condicionantes que ha planteado esta situación tan anómala. Resulta justo pues que ahora, en el momento de la recuperación de la actividad, sean esas plantillas las que apuesten por sus contratantes y den el 200 % de sí mismos para conseguir el tan ansiado objetivo de volver a la normalidad.
Y, de igual manera, los trabajadores que han sufrido las medidas excepcionales laborales han aguantado estoicamente la situación, han reajustado temporalmente sus hábitos cotidianos para adaptarse en ocasiones a situaciones muy complicadas y, finalmente, a la hora de retomar la actividad laboral, lo han hecho con la fuerza, la actitud y el coraje de un recién llegado. Igualmente justo por parte de las empresas es reconocer esa fidelidad y capacidad de entrega de sus trabajadores.
Como digo, es una cuestión de colaboración de todos. Una de las máximas de nuestra profesión es la Capacidad de Empatía, que en este caso debe ser tri-direccional y recíproca: Empresa – Trabajadores – Clientes.
Y en cuanto al Factor Técnico, debemos adaptar nuestros Sistemas Operacionales a las nuevas situaciones reales laborales. Aquellas en las que no podemos contar con la totalidad de la plantilla; o aquellas en las que no se puede asumir una necesaria renovación o ampliación de los Equipos Mecánicos y Materiales Estructurales de los establecimientos. Adaptarse es analizar y valorar las distintas herramientas que nos ofrecen empresas colaboradoras para aprovechar su apoyo y su asesoramiento.
Operativamente hablando, la externalización temporal de algunos servicios que antes asumíamos como propios, puede ayudarnos a reestructurar nuestra organización interna. Incluso en nuestros Departamentos de Cocina, la adquisición de productos de 5ª Gama de calidad puede ayudarnos a simplificar nuestros Sistemas Operacionales, consiguiendo de esta forma optimizar tiempo de funcionamiento diario del departamento.
Desde Campofrío, somos muy conscientes de todas estas situaciones y controversias y hemos apostado desde el principio de la pandemia por las empresas y por sus trabajadores, reforzando nuestras actuaciones de asesoramiento empresarial y gastronómico incluso en los meses más duros de la emergencia sanitaria. Hemos visitado los centros operativos, hemos formado al personal, hemos escuchado sus inquietudes y sus necesidades… Y seguimos haciéndolo a día de hoy con toda la ilusión del primer día.
En consecuencia, nuestra Familia de Productos 5ª Gama ha crecido y se ha adaptado en formatos y características principales a esas necesidades reales de conservación, regeneración y terminación de los productos.
Porque sabemos que, entre todos, llevaremos al sector a un nuevo nivel de excelencia: más fuerte, más solidario, más humanizado y mejor.
Danny Hawthorn, Campofrío Food Solutions Creative & Executive Chef.